lunes, 7 de octubre de 2019

LISTADO DE FALACIAS CON EJEMPLOS


FALACIAS FORMALES
·         Silogismo disyuntivo falaz:
P V Q                    Luis estudia o trabaja
Q                            Luis trabaja
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¬ Q                        Luego Luis no estudia

Su forma es parecida al silogismo disyuntivo, pero no debe ser confundido, pues este tipo de razonamiento es falaz. La afirmación de p no implica la negación de q. Distinta hubiera sido su validez si el enunciado inicial propuesto hubiera sido Luis o estudia o trabaja.

·         Falacias probabilísticas:
Se cometen cuando se supone falsamente que dos sucesos, que son estadísticamente independientes, están conectados entre sí.
-          Fulano ha tenido buena suerte en la jugada reciente; por tanto, Fulano va a tener buena suerte en la próxima jugada.

·         Falacia ad logicam o falacia de la falacia:
Consiste en que, al detectar que un argumento es falaz, se sostiene que la conclusión es necesariamente falsa. Pero, en realidad, la conclusión podría ser verdadera, porque un argumento incorrecto puede tener una conclusión verdadera o una conclusión falsa.
-          El argumento que usted acaba de exponer es una falacia; por tanto, la conclusión a la que usted ha llegado es falsa.

·         Petición de principio:
O círculo vicioso es un argumento en el que la conclusión ya se da por supuesta o se afirma en las premisas.

Ejemplo:
Si quieres tener un permiso de residencia, entonces tienes que tener trabajo. Si quieres tener trabajo, debes poseer un permiso de residencia.







FALACIAS INFORMALES
·         Falacias por ambigüedad:
Suceden cuando se utiliza algún término ambiguo o equívoco.

·         Falacias por vaguedad:
Se basan en la utilización de términos vagos, es decir, términos que se prestan a la imprecisión porque se refieren a características que se pueden tener en diferentes grados, como por ejemplo, “experto”, “alto”, “pesado”, “caliente”, etc. No existe una regla que indique qué cantidad de esas cualidades ha de tener una persona o cosa para que sea aplicable el término.

Ejemplo: estudiar una hora de filosofía no te convierte en experto en filosofía; estudiar dos horas de filosofía no te convierte en experto en filosofía; estudiar tres horas de filosofía no te convierte en experto en filosofía, etc (se añaden nuevas premisas que van aumentando el número de horas de estudio); por tanto, por más horas de filosofía que estudies no te convertirás en un experto en filosofía.

·         Falacia del testaferro o del espantapájaros:
Consiste en deformar, simplificar y distorsionar el argumento al que uno se opone, de manera que queda convertido en una caricatura, y a continuación se desvía la atención hacia esa caricatura, sin entrar a debatir el argumento original.

Ejemplo:
-Tantas horas de televisión y de hacer poco ejercicio perjudica a los jóvenes, porque no fomenta su autonomía ni su capacidad de iniciativa.
-Estas diciendo que nuestros jóvenes son unos vagos y teleadictos, pero no has probado que sea cierto.

·         Falacia del falso dilema:
Se trata de presentar un asunto como si no hubiera más que dos opciones, cuando en realidad existen más posibilidades. Hay que recordar aquí que un auténtico dilema tiene las características siguientes:
1.       Existen únicamente dos opciones
2.       Las dos son incompatibles
3.       Una de las dos ha de llevarse a cabo necesariamente
4.       Las consecuencias de ambas opciones son igualmente problemáticas.
Sin embargo, en la falacia del falso dilema no se cumplen estas cuatro condiciones.
Ejemplo: Para Arthur Schopenhauer, la vida es forzosamente dolorosa, porque si satisfacemos los deseos sentimos saciedad y aburrimiento, y si no los satisfacemos nos sentimos frustrados y con ansiedad.


·         Falacia ad hominem (al hombre):
Consiste en atacar al adversario de la discusión en lugar de atacar el argumento que nos presenta.

Ejemplo: El filósofo Rousseau aconseja educar a los niños prestando atención a sus sentimientos, pero seguro que se equivoca, porque él abandonó a sus hijos.

Una variante de esta falacia es el tu quoque (tú también), que consiste en constar al interlocutor señalando que él también incurre en lo mismo que critica, pero sin entrar a discutir el asunto del que se trate.

·         Falacia ad verecundiam (al respeto):
Se trata de intentar zanjar la discusión sobre un asunto apelando a la autoridad.  No basta con algo lo haya dicho un experto, sino que es necesario que se aporten pruebas relevantes.

Ejemplo: No es posible que la velocidad de la luz sea superior a 300.000 km por segundo, porque así lo afirmó Einstein.

·         Falacia ad baculum (al bastón):
Se trata de intentar persuadir a alguien de la verdad de un enunciado apelando exclusivamente a una emoción (generalmente miedo o castigo).

Ejemplo: Tienes que aceptar que la Tierra no se mueve, porque de lo contrario irás a prisión y tal vez acabes en la hoguera.

·         Falacia por inducción precipitada:
La mayor parte de nuestros prejuicios se basan en esta falacia, que consiste en generalizar a partir de una muestra reducida de casos.

Ejemplo: Cuando una mujer dice “quizá” quiere decir “sí”; cuando un diplomático dice “quizá”, quiere decir “no”.

·         Falacia de la falsa analogía:
Las analogías son comparaciones que a menudo pueden ser útiles para analizar y argumentar sobre cualquier asunto. Pero hay analogías razonables y otras que no lo son. Para que la comparación sea razonable, debe hacerse entre objetos o sucesos que sean semejantes en suficientes aspectos relevantes para el asunto del que se trate. De lo contrario, incurrimos en esta falacia.

Ejemplo: Los países ricos son como botes salvavidas en medio de un mar, en el que algunos náufragos (los países pobres) se están ahogando y piden ayuda para subir a nuestros botes; pero, si los ayudamos a todos dándoles cobijo en nuestros botes, nos hundiremos todos; por tanto, lo mejor es que salvemos a unos cuentos y dejemos a las demás a su suerte.
Este argumento es falaz porque la comparación que establece es inadecuada y engañosa.

·         Falacia de la confusión entre condición necesaria y suficiente:
Se dice que algo es condición necesaria de otra cosa cuando en ausencia de ese algo nunca podría darse la segunda. Por ejemplo, el agua es condición necesaria para la vida de los mamíferos. Pero no es condición suficiente, pues solo con agua tampoco sobrevivimos. Una condición suficiente es aquella cuya presencia garantiza que se produzca un efecto determinado. Ahora bien, en  ocasiones se cometen falacias por confundir la condición necesaria y suficiente.

Ejemplo: seguramente me engañó mi entrenador, porque me dijo que para ser futbolista profesional debía entrenar más de otras horas diarias; pero lo he hecho así durante diez años y no me han admitido.

·         Falacia ad ignorantiam (a la ignorancia):
De la ausencia de pruebas a favor de una proposición no se sigue que tal proposición sea falsa, ni tampoco que sea verdadera.

Ejemplo:
-El profesor no ha dicho cuál es el máximo de faltas a clase que se permiten para que los apliquen los criterios de evaluación continua; por lo tanto, podemos faltar a clase las veces que queramos.
-No hay pruebas de que Dios no exista, por tanto, Dios existe.
-No hay pruebas de que Dios exista, por tanto, Dios no existe.

·         Falacia de eludir la cuestión o ignoratio elenchi:
Esta falacia consiste en responder a una cuestión diferente a la que se pregunta.

Ejemplo:
Cuando se interroga respecto a una cuestión espinosa, como un asunto de corrupción, muchos políticos responden aludiendo, por ejemplo, a los éxitos cosechados en otro ámbito.

·         Post hoc ergo propter hoc:
Consiste en suponer que, si una cosa viene después de otra, significa que esta es su causa. Sin embargo, el orden temporal no es suficiente para establecer una relación causal.

Ejemplo:
Se acostumbra a afirmar que los gallos cantan al amanecer. Por el mero hecho de que sean acontecimientos que ocurren de forma concatenada, no se puede llegar a la conclusión de que el canto del gallo cause la salida del Sol.



·         Sofisma patético:
Esta falacia consiste en aludir a los sentimientos en lugar de la razón.

Ejemplo:
Un estudiante quiere escoger una carrera de filología, pero al que su madre le ruega que escoja la de derecho porque de lo contrario causará un disgusto a su padre.

·         Falacia ad misericordiam:
Similar a la anterior. Este falso argumento recurre a los sentimientos de pena, de culpa, de remordimiento y de piedad para reforzar la conclusión.

Ejemplo:
“¡No te da pena el pobre! ¡Con lo mal que lo ha pasado la familia! ¡Tienes que darle el trabajo!

·         Wishful thinking:
Significa confundir los deseos con la realidad. Consiste en presentar un panorama sumamente optimista para realizar una acción, prescindiendo de todo elemento que no se adecue a este cuadro idealizado.

·         Falacia democrática:
Este tipo de falacia consiste en suponer que la verdad se encuentra en aquello que decida la mayoría. Aunque la mayoría es el mejor sistema para que participen y se puedan expresar diferentes opiniones, hay muchos campos en los que es un recurso que pueda inducir a error.

Ejemplo:
Durante la época nacionalsocialista, cien científicos alemanes escribieron un libro contra Albert Einstein. Cuando tuvo noticia de dicha publicación, Einstein repuso que, con un único científico que fuera capaz de demostrar que sus ideas estaban realmente equivocadas, sobraba la opinión de los demás.

·         Falacia ad populum:
Similar a la anterior. Apela a la mayoría para dar fuerza al argumento. Supone que uno debe actuar como lo hacen “todos” o la mayoría de la gente.

Ejemplo:
“Quiero esas zapatillas. ¡Las tienen todos mis amigos!”

·         Falacia de la pendiente resbaladiza:
Se incurre en la falacia de la pendiente resbaladiza cuando, a partir de un enunciado, se extraen conclusiones cada vez más exageradas hasta alcanzar una conclusión desagradable, pero que no guarda relación con la proposición inicial. De este modo, se pretende rechazar el enunciado inicial.

·         Falacia ad nauseam:
Este razonamiento consiste en la repetición de una tesis o conclusión hasta la náusea o el agotamiento, de modo que el contrario desista y admita la verdad de la conclusión.

Ejemplo:
“¡Ha sido él! ¡Ha sido él! Pero si ha sido él! ¡Yo no he sido! ¡Ha sido él!

·         Falacia naturalista:
Consiste en derivar un juicio de valor (es bueno, es un deber) de premisas descriptivas.

Ejemplo:
En todo el mundo hay pobres y ricos. Luego es bueno, que haya pobres y ricos.

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